NUEVO TALENTO ANDINO

Mariflorcita del Perú no era, como algunos ya sospechábamos, la más talentosa de la familia.

Su prima Wendy subió y bajó el Machu Pichu como porteadora de macutos de turistas desde su más tierna infancia. Amenizó las largas caminatas aprendiendo a imitar los relinchos y berridos de las llamas, hasta que un productor musical del Cuzco que hacía el camino del Inca en sus vacaciones advirtió los altos agudos que la niñita era capaz de emitir, y vislumbró el verde del dinero más allá de las montañas y el puñado de piedras ruinosas. Poco después de aquella revelación a más de 4 mil metros de altura no hubo hogar peruano que no vibrase de emoción ante el duelo de agudos que Wendy y el chavalín del arpa se marcan sin despeinarse.

Y a ustedes, ¿acaso no se les eriza la piel?

Cosas de la ascensión meteórica y el estrellato prematuro, como tantos niñatos de Hollywood, también Wendy sucumbió a la bebida como único asidero del que sujetarse para resistir el oleaje incierto y traicionero de la fama. De aquel descalabro etílico surgió su tema más celebrado, "Cerveza, cerveza".